
Creo que todos tenemos una definición muy distinta de lo que es errar. Sé que a muchas de mis amistades les aterra el fracaso, pero realmente para decir que le tenemos miedo a ese fantasma, debemos definir bien a que le tenemos miedo.
Cada cual, en su ingenuidad, desarrolla una utopía en su mente de como todo será idealmente en el futuro e incluso nos damos el lujo de llenar ese espacio entre donde estamos ahora y la meta con sucesos y acontecimientos que queremos que ocurran y podemos poner nuestras respectivas cabezas en un picador porque sabemos que van a ocurrir. Pensamos que los personajes de ahora estarán llegada la línea del fin y que las circunstancias sólo cambiaran para bien. A veces incluso nos condicionamos a que, si no ocurren como las esperamos, el sabor de triunfo será distinto, no será sabor del todo y nos nublamos nosotros mismos el proceso con salar lo dulce que se nos presenta.
Las cartas por más que queramos, no las repartimos nosotros. Hay algunos asuntos que simplemente no están en nuestras manos, se salen de nuestro alcance y es de perdedores lamentarse por esos asuntos. Yo me los imagino como todo aquello controlado por la mano invisible de Adam Smith. Hay que saberlos identificar y asegurarnos de verlos como un pequeño puntito negro en una gran sábana blanca de cosas buenas que están por venir. Se trata de abrirse a ventanas cuando se cierran puertas y hacerlo apostándole a que algunas puertas se cierran porque tenían que cerrarse; el "plan divino", la caja de chocolates" de la mamá de Forest Gump o el "destino" de Lieutenant Dan, no lo querían así para uno. Al analizarlo todo con más calma, uno tiene la oportunidad de comprender que son muchas más las cosas que sí dependen de nuestro esfuerzo y nuestras buenas decisiones y siempre y cuando uno sepa que dio lo mejor y analizó las cosas con detenimiento, uno debe sentirse satisfecho, no conforme, satisfecho. La vida no es para los suertudos, no se trata de suerte, en demasiadas ocasiones, las que si valen, se trata de estrategia, de capitalizar en oportunidades.
Si bien trillado esta el decir que nos es la meta, que es en la travesía, en el "journey" donde esta la magia y la dicha, vino Tommy Torres y quiso hecharle leña al fuego con su "Mientras Tanto"(y no, no voy por la línea de que unidos venceremos, negativo). El asunto es que la línea de tiempo entre el presente y nuestra utopía no puede ser trazada, ni tan siquiera un estimado preciso se puede hacer. No hay garantías ni hay seguro de vida que valga. La única manera de asegurar que se vive en dirección a esa utopia es viviendo con deportividad mientras tanto.

Si bien tomé decisiones fuertes de descartar deportes que adoraba, puedo garantizar que yo soy, he sido y seré, además de Colegial, una deportista de mis metas. Sé y quiero con todo mi corazón lo que quiero y sé que además de trabajar duro por lo que quiero vendrán lesiones y juegos perdidos. Habrán varios y quizás muchos árbitros que la pitarán mal y dirigentes que me van a sentar por creerme que me las sé todas o por la razón que sea. Cometeré errores que me costarán juegos, quizás hasta errores que me costarán temporadas. Tendré compañeros de equipo que no me la van a pasar cuando tengo el tiro asegurado y tendré gente que no va a creer en mi. Déjenme decirles compadres que ninguna de las anteriores debe entrar en mi definición de errar, porque un buen deportista sabe que hay que saber perder para saborearse mejor las victorias y que son parte del camino. Apuesto a que a eso se refería Tommy con la "terapia en el fango".

Cliché de los que hasta rechina (pero en mis palabras): No debemos brincar a conclusiones de que "voy mal" porque me cambiaron esta única carta que cuando vengo a ver, realmente no es una variable tan relevante. Ni se diga si era una incordia, porque lo que cuando está no aporta, cuando no está contribuye.
NO le tengo miedo a ser de carne y hueso, porque a eso le sumas las buenas intensiones que tengo y balanceamos la ecuación. NO le tengo miedo a tener que batallar con armas que puede ser que aún no se hayan desarrollado. NO le tengo miedo a dejar que la vida me dé dos o tres (o más) lecciones, ni a doblar la cabeza y reconocer mis errores en el camino. Tampoco le voy a tener miedo a continuar alejando mi meta, porque se que esa utopía nunca ha sido ni será una constante, la recortaré y le añadiré elementos a medida que pasa el tiempo. Tengo una recetita contra el fracaso y es ser deportista de lo que añoro. Lo importante es no frustrarse y detenerse, no dejar de vivir, no dejar de fajarse, no dejar caer la plena, porque el ritmo es riiiiiiiiiico pa' bailal, aunque duela darle al cuero.
NO le tengo miedo a ser de carne y hueso, porque a eso le sumas las buenas intensiones que tengo y balanceamos la ecuación. NO le tengo miedo a tener que batallar con armas que puede ser que aún no se hayan desarrollado. NO le tengo miedo a dejar que la vida me dé dos o tres (o más) lecciones, ni a doblar la cabeza y reconocer mis errores en el camino. Tampoco le voy a tener miedo a continuar alejando mi meta, porque se que esa utopía nunca ha sido ni será una constante, la recortaré y le añadiré elementos a medida que pasa el tiempo. Tengo una recetita contra el fracaso y es ser deportista de lo que añoro. Lo importante es no frustrarse y detenerse, no dejar de vivir, no dejar de fajarse, no dejar caer la plena, porque el ritmo es riiiiiiiiiico pa' bailal, aunque duela darle al cuero.
"If winning were easy, losers would do it" -Michael Jordan