Castillo San Felipe de Morro

Castillo San Felipe de Morro

Papeleo para después

Hoy es definitivamente un día en el cuál bloggear debería estar totalmente fuera de la pintura, pero entre mi camisa de Mario Bros. nueva, mi sábana verde que tan rico me calienta y mi recién lavada ropa de cama, encontré la inspiración que llevo buscando desde hace unas semanas y no lograba encontrar.

En un ataque severo de narcisismo comencé a ver mis fotos de perfil en facebook. Me percaté que de hace buen tiempo para acá mi semblante no era el mismo. Me percaté de algo extraño en mi sonrisa, pero algo así que nadie vé, sólo yo.

Asimilo ese cambio a dos caballeros. Dos caballeros geniales, que sucede que se tomaron la molestia de intervenir en la vida de esta jibarita de Hatillo. Podríamos argumentar si para bien o para mal, pero vivo convencida y predico que no hay mal que por bien no venga, y me tiene sin cuidado sonar como una vieja así como discutía ayer con mi "wingman" por excelencia. Los dichos y proverbios del puertorriqueño deberían ser una materia oficial que se le enseñe a los jóvenes de hoy día, sabe Dios y así no saldrían tan bandoleros.

Volviendo a los dos hombres, uno de ellos, es con quién me asocian, sí señores, dos años sin su constante presencia y todavía me preguntan por ese individuo casi diariamente. Individuo que con un repertorio de cosas no del todo buenas, me enseño muchas cosas importantes. El segundo es menos famoso y conocido por pocos, ni la mitad de guapo que el primero y significativamente diferente a mi. Individuo espejuelado que con su amistad, su diligencia, pasión por lo que estudiaba y sus consejos me ayudó a creer mucho en mí y a tomar decisiones valientes. Ambos humildes, ambos aprendices de esos sucesos de la vida que te hacen chocar la frente con el suelo y sacar molleros para levantarse, ambos locos del baloncesto, con preferencias diferentes a las mías a veces en cuanto a los equipos. Ambos responsables del cambio en mi sonrisa, y yo, agradecida, de un modo bien peculiar, pero agradecida al fin.

No se como pueda sonar, es más, creo que va a sonar cursi, pero ahí va: ese cambio en mi rostro tiene nombre (no tengo apellido para atribuirle, así que no voy a sonar tan cool), su nombre es malicia.

La inocencia es algo genial y todos deberíamos guardar alguito dentro de nosotros por si acaso nos la piden pa' eso de entrar al cielo. Señoras y Señores, pero en mi edad y en Puerto Rico, ser un ser muy inocente tiene un precio muy demasiado alto. Los listos y agusaos se van a aprovechar de ti malamente, sin precaución alguna y te van a pasar por encima con un digger. Exponer tus emociones, ponerle tu fé a una persona y confiar tus sentimientos en otro debe ser un asunto que se tome con el debido cuidado.

Y obligao, hay dos o tres personas leyendo esto, que creen que me conocen porque me han visto en par de ocasiones, que viraron los ojos o se hecharon a reir porque no les hace sentido el mensaje de lo que aqui escribo viniendo de mi persona; mi pana, este es tu momento, en la esquina superior derecha de tu pantalla encontrarás un botón rojo con una X y ahí mismito puedes hacer click y continuar revisando tu facebook y dedicándote a algo más productivo que leer mi blog. Para todos los demás, por favor procedan al próximo párrafo.

No soy la "spokeperson" de las relaciones serias, no me interesa el "job description". La única que tuve termino hace más de dos años con la salida del individuo uno de mi diario vivir y debo admitirle al pueblo puertorriqueño, o a quién sea que se tomo el tiempito de leerme, que no la extraño. He leído muchas fotitos de "quotes" que dicen que no debes dejar que las situaciones de la vida te definan y francamente me causan gracia. Vamos a hablar claro, si las situaciones, buenas o malas, no te definen, no te hacen cambiar, no te ayudan a mejorar, ni te hacen cuestionar lo que tu piensas, brother, no estas viviendo. Al menos no lo estas haciendo según mi definición de vivir. Para mi vivir, es saborearse experiencias nuevas, conocer gente, disfrutar, gozar, aprender, cambiar de parecer, aspirar a más, detener sueños que no te interesan más, apostarlo todo en los sueños que si te hacen "tilin tilin" en el corazón, cogerle cariño a la gente, como diría mi mamá, escudriñarlo todo y quedarte con lo mejor. Por eso mi mejor amigo dice que cada vez que me vé tengo planes diferentes, ganas de hacer cosas diferentes y metas diferentes, porque no me estoy quieta y porque no tengo planes de hacerlo.

La inocencia que tuve para aquellos dos seres fue tan única que se gasto, sino creo que logre archivarla en algún punto de mi esqueleto y algún día buscaré el documento extraño donde guardé el password para sacarla de nuevo. Mientras tanto, dejémosla ahí.

Dije que algún día tiraría personas al medio, y le ha llegado el momento a una amiga del pasado que de un momento en adelante dejó de hablarme. Ella los amaba a todos, en todo momento, su corazón estaba colgando en las manos de ellos y estoy literalmente citando uno de sus estados en facebook. Uno cada cierto tiempo, estaban en una relación, se habían ganado su amor, sus padres aprobaban y sino aprobaban pués la adrenalina de que todo era a escondidas la tenía en un "high" eterno. Sus conversaciones eran tan abundantes en cosas triviales que yo me hacía un verdadero ocho y no tenía de otra que seguirle la corriente.

Esa no soy yo, tal vez lo fui en algún momento en particular en que mis circunstancias no eran tan buenas, pero vamos, yo hablo de deportes, de AIESEC, de música, de jangueo, de mis clases, de mis amistades, de mis vecinos, de mi familia, de AEC, de mis metas, de política, de Puerto Rico, de economía, de la vida y de mis decisiones. Me propuse que mi vida no va a girar en torno a una pareja, pues porque NO.

Ayer, tuve una conversación sumamente jocosa con el "wingman", y le comentaba que yo no dispongo del tiempo para perder en un teléfono preguntándole a otra persona: cómo está, qué ha hecho y qué le duele y es que esas conversaciones no me entretienen. Si algún día, decido invertir mi tiempo en el papeleo y sacar de ese recoveco profundo dónde guardé la inocencia gasta que me queda, será por una persona excepcional, que me convenza en todo el sentido de la palabra. Una persona que se ofrezca a hacer el papeleo conmigo. Alguién que tampoco sepa lo que quiere, sino que este dispuesto a encontrarlo en el camino; centrado, en lo suyo, respetuoso y que crea en Dios.

No tengo una lista de cualidades, porque no pretendo medir a nadie ante ninguna escala. No espero que me midan a mi tampoco. Solo se que las relaciones son etapas de crecimiento así como fueron aquellos dos individuos que me enseñaron que todavía estoy chiquitita (en edad claro está) para estar pensando en "Happily Ever Afters", a no conformarme, a aceptar a la gente como es, reconociendo sus cosas malas, pero no hechandome el yugo encima de que tengo que ayudarlos a mejorar, porque para eso tienen madres. Y si no tienen madres (no quiero ser irrespetuosa), pero no me toca a mi. Si no me convence, próxima página, si se ganaron mi cariño, no tengo que removérselo, odiarlos, ni estar en el "fichureo" (o como se escriba la cuestión esa).

Cuando encuentro al individuo uno, por mi iniciativa voy y lo saludo, porque representó mucho. Cuando encuentro al individuo dos, me dá mucha alegría y siempre trato de darle un abrazo, porque fue una persona bien especial. Entonces, trato de que no me vean cerrar los ojos y sonreir, con un poquito de malicia, porque ellos fueron el "cantazo" que me ha hecho ser dura, que me han hecho ser exigente. Definitivamente sonrío porque sé que seguramente ellos no lo saben ni lo sabrán, pero me ayudaron a ser una mejor Amanda, menos "boba", más pendiente a las intenciones de la gente, más cuidadosa con qué decir y cómo decirlo. Quizás baje o suba la guardia, pero no me concentro en eso, me concentro en ser genuinamente yo, en vender las cosas al precio y en estar comprometida conmigo y mis pasiones únicamente. No tengo el corazón duro o frío, tengo prioridades que hasta el momento me envuelven el corazón como ningún varón lo ha hecho.